La Cena sin Cordero y sin Familia

La comida cubana es reconocida internacionalmente por su sabor y platos emblemáticos. Nuestra tradición culinaria es una fusión de las culturas española, africana y, en menor medida, china.

Dependiendo de su ubicación geográfica y situación económica, los cubanos disfrutan de comidas muy variadas. Platos como la vaca frita, la ropa vieja o el estofado de cordero no están al alcance de la mayoria de los cubanos en la isla.

Pese a esta dura realidad, el simple hecho de tener algo que comer es un favor de Dios. Esto nos lleva a la pregunta: ¿Cuándo fue la última vez que agradecimos a Dios por los alimentos que nos proporciona? ¿No deberíamos bendecir estos alimentos, sean muchos o pocos, para asegurarnos de seguir disfrutándolos por muchos años más?

La Cena del Señor

Un lindo recuerdo que conservo de mi infancia y juventud es ir a misa con mi familia y luego almorzar todos juntos en el Barrio Chino de Zanja. De esa manera, compartíamos el domingo y nos alimentábamos en cuerpo y espíritu.

La Misa es la comida familiar de la Iglesia. En ella consumimos el cuerpo y la sangre de Cristo. A esto se le conoce como tomar la Comunión.

Este Sacramento fue instaurado por Jesús cuando, el día antes de su muerte, celebró un banquete con sus discípulos.

Mientras comían, Jesús tomó el pan, dio gracias a Dios, lo partió, se lo dio a sus seguidores y dijo:

—Tomen este pan y coman, este es mi cuerpo.

Luego tomó la copa y después de dar gracias se la dio a ellos, y dijo:

—Beban todos de esta copa, porque esto es mi sangre que establece el nuevo pacto, la cual es derramada para perdonar los pecados de muchos. Les digo que nunca volveré a beber vino hasta el día en que beba con ustedes el vino nuevo en el reino de mi Padre. (Mateo 26:26-29)

Por 2000 años, la Iglesia ha preservado esta tradición.

Rescatando la tradición familiar de comer juntos

La familia también tiene la responsabilidad de mantener viva la costumbre de reunirse para comer.

El comedor era y debería ser el lugar más importante de la casa. El corazón del hogar, que reúne a todos los miembros de una familia.

La sociedad moderna, con sus largas distancias entre el trabajo, la escuela y la casa, sus innumerables tareas y ruidos, teléfonos móviles, ha eliminado el comedor, la cena en familia y, tristemente, hasta la familia misma.

Cada familia debe proponerse reunirse juntos en la mesa, al menos una vez al día, y definitivamente los fines de semana. Todos deben estar sentados al mismo tiempo, sin distracciones, sin televisión ni computadora encendidas, sin partidos de pelota, ni nada que desvíe la atención de la convivencia familiar. Todos deben estar sentados a la mesa, aprendiendo cultura y buenas maneras, escuchando las anéctotas familiares y compartiendo sus experiencias, alegrías y desafíos.

La vida familiar proporciona seguridad a los hijos, los aleja de los vicios y las malas influencias, les ayuda a resolver sus dudas religiosas y éticas, y alivia las fatigas del día a día.

Existe una famosa frase del sacerdote Patrick Peyton que dice: “la familia que reza unida, permanece unida”.

¿Cómo se debe orar antes de consumir los alimentos?

Orar antes de comer es una hermosa tradición que nos permite expresar nuestro agradecimiento a Dios por el alimento que nos brinda. Ya sea solos o en compañía, es bueno decir unas palabras para recordar que todo lo que recibimos viene de Dios.

Comparte esta costumbre con tu familia y verás cómo las bendiciones caen del cielo.

Fórmula corta

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Padre Nuestro.

Bendícenos, Señor, y bendice estos alimentos que vamos a recibir por tu infinita bondad. Por Cristo nuestro Señor.

Amén.

Estilo libre

Aquí tienes una guía sencilla de cómo hacer una oración antes de las comidas:

  1. Expresa tu gratitud: Empieza tu oración agradeciéndole a Dios por el alimento frente a ti. Agradece su bondad y generosidad por proporcionarte comida.
  2. Bendice los alimentos: Pide a Dios que bendiga tu comida y que la haga nutritiva y beneficiosa para tu salud. Reconoce que todas las cosas buenas vienen de Él.
  3. Recuerda a los necesitados: Durante tu oración, recuerda a aquellos que no tienen suficiente para comer y reza por su bienestar. Es un momento para reflexionar sobre la importancia de dar y ayudar a los necesitados.
  4. Ofrece gratitud: Expresa tu agradecimiento por las personas con las que compartes la comida y por las bendiciones en tu vida.
  5. Conclusión: Concluye la oración con la frase “En nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén” u otra expresión que consideres apropiada. Esto indica el final de la oración y es una forma de mostrar tu fe en que Dios atenderá tus solicitudes.